La prostatitis es una inflamación de la próstata que puede ser de causa bacteriana o no bacteriana. Se manifiesta con dolor o molestias en la zona suprapúbica, lumbar, perineal y genital, y en algunos casos puede empeorar durante la eyaculación o las deposiciones. Los síntomas urinarios como la necesidad urgente y frecuente de orinar, chorro débil y goteo postmiccional también son comunes.

El tratamiento habitual para la prostatitis bacteriana incluye antibióticos potentes que deben tomarse durante períodos prolongados. Sin embargo, las recaídas son frecuentes, incluso después de que las bacterias hayan sido eliminadas de los cultivos.

Estudios recientes indican que la próstata tiene su propio sistema de defensa para prevenir infecciones bacterianas. Sin embargo, factores como hábitos poco saludables, presión abdominal excesiva, sedestación prolongada y alteraciones en la microbiota pueden comprometer esa defensa natural.

Un enfocamento global que combine terapia manual, modificación de hábitos, corrección de posturas y ejercicios específicos puede ser muy eficaz. Este enfoque ayuda a mejorar la respuesta al tratamiento conservador, aliviar los síntomas asociados y facilitar una recuperación completa.