Disfunción Sexual: Fisiosexología

DISPAREUNIA:


Es el dolor abdominal, pélvico o vaginal asociado a la penetración; durando o inmediatamente después de ella. Tres de cada cuatro mujeres experimentan durante algún momento de su vida. Según la localización, puede ser superficial, profunda o vaginal. Existen diferentes estadios según la incapacidad que provoca el dolor.

Es multietiológica, las causas pueden ser ginecológicas, urológicas, digestivas, neuromusculoesqueléticas o ambientales.

Ante el dolor se provoca una reacción de defensa involuntaria de la musculatura del suelo pélvico aunque aparezca deseo sexual. Para restablecer las estructuras vaginales y pélvicas es necesario romper la relación inconsciente entre dolor y penetración para conseguir relaciones sexuales indoloras. El autoconocimiento corporal, conocer la fisiología sexual femenina y la terapia manual serán indicadas en el proceso de autocuidado.

 

VAGINISMO:

Es la contracción involuntaria o espasmo de los músculos del tercio inferior de la vagina con la consecuente imposibilidad para mantener relaciones sexuales con penetración. Cuando la contractura o el espasmo muscular no es tan severa y permite la penetración, estamos ante un pseudo vaginismo.

Las causas son de origen psicológico (experiencias traumáticas, miedos, educación sexual restrictiva, etc.) y problemas de origen orgánico de larga evolución.

En aquests casos, el tractament del sòl pelvià ha d'anar acompanyat de la col·laboració d'un/a psicòleg/a o un sexòleg/a.

L'objectiu del tractament fisioterapèutic, és que el teixit muscular i connectiu torni a ser elàstic. Millorar l'esquema corporal de la pacient, fomentar l’autoexploració i normalitzar la propiocepció i sensibilitat del sòl pelvià.

 

Disminución de la sensibilidad en las relaciones sexuales:

Después de una intervención quirúrgica, de un embarazo o del parto aparece un cambio físico importante del periné. Pues se puede ver afectada la sensibilidad durante las relaciones sexuales. Es importante que el deseo y la excitación sean presentes porque la relación sexual sea satisfactoria, además de un tono y musculatura del suelo pélvico optimas para que las sensaciones sexuales sean placenteras.

Con la fisioterapia, ayudamos a que el tono, la propiocepción y la fuerza perineales sean funcionales cuando hay fricción de las paredes vaginales durante el coito o en las zonas erógenas genitales y se pueda mantener un buen nivel de excitación. 

 

Anorgasmia:

Es la ausencia o la dificultad para llegar al orgasmo en la respuesta sexual. Se mezclan diferentes causas:


Orgánicas: Orgánicas: enfermedades mentales, trastornos de continencia como es la vejiga hiperactiva, algunos fármacos antidepresivos, trastornos endocrinos (diabetes, hipotiroidismo), trastornos neurológicos, lesiones medulares.

Físicas: Físicas: hipotonías y déficit de la musculatura del suelo pélvico. Adherencias al clítoris.

Cognitivas: ausencia de autoaprendizaje sexual (no hay masturbación, no hay conocimiento genital…).


Hay excitación sexual. Se considera un trastorno solo si causa malestar a la mujer. 


El enfoque terapéutico tiene como objetivo:

Tonificar los músculos superficiales

Mejorar la propiocepción

Mejorar el trofismo


Para trabajar todos estos objetivos, utilizamos la vibración tolerada para activar el reflejo bulbocavernoso, estimular la zona periclitoriana y las vías aferentes de la vagina. También utilizamos terapia manual para normalizar el tono y la fuerza de la musculatura pélvica y conseguir la tensegridad funcional de los tejidos. Para focalizar el qué se siente, existen técnicas para conseguir que el placer se permita conociendo la fisiología del orgasmo.